Ir al contenido principal

EL VIEJO CUADERNO


Conservaba la infantil costumbre de guardar cosas inútiles. Quizá por eso, y por unas cuantas infantilidades más, aquel cuaderno había llegado hasta aquellos días. Para los ajenos a su infancia podría resultar ridículo el argumento por el que aquel cuaderno había perdurado hasta ser finalmente utilizado. De niño nunca tuvo un cuaderno de tapa dura, como no tuvo otros muchos lujos infantiles banales. Estudió en un colegio de ricos, aun distando mucho de serlo. Tardaría muchos años en llegar a entender porqué él no llevaba cuadernos de tapa dura. Pero entendiéndolo, como una especie de rebelión pueril, acabó comprando, ya adulto, aquel cuaderno de tapa dura. No sabría precisar cuando, y ni siquiera recordaba el fin. Había pasado años guardado en ninguna parte y sin ningún fin. Pero un buen día empezó a garabatear notas, reflexiones, webs por ver, referencias sobre las que indagar… y llegados a ese punto aquel viejo cuaderno había absorbido un pedazo de su alma. Hasta el punto de haber plasmado en tinta esta misma reflexión en sus páginas, y no haber podido reprimir un estúpido impulso de acariciar esa portada rojiza y dura al cerrarlo.

CYBRGHOST

Porque aun abducido digital, siento un fervor ritual por el papel, hasta el punto de reservar determinados bolígrafos para ocasiones


Safe Creative #1102048416900

Comentarios

  1. porque a veces uno encuentra cosas que ha tenido guardadas hace mucho tiempo y le hacen recordar muchas cosas :D

    ResponderEliminar
  2. Debe haber algo que nos una a la infancia o que nos separe de ella. POr ejemplo un cuaderno.


    Hasta pronto!

    ResponderEliminar
  3. ¡Uh! yo nunca tuve un cuaderno de tapa dura :0(

    Buen relato, me ha gustado mucho.

    Dejo un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Yo en mi viaje fin de curso,que fue a Andorra,compré para mi hermano una caja de famóbil......esa era la escusa...para mi hermano...jeje

    ResponderEliminar
  5. Guardar,es un poco conservar un recuerdo,de un modo un poquitín más tangible.

    ResponderEliminar
  6. La verdad yo también soy de guardar...tengo sellos,pesetas,la blanca,(aunque tengo que reconocer,que no fui a la mili)tengo guardadas muchas cosas...¿¿eso es malo,será una enfermedad???

    ResponderEliminar
  7. Capi, no creo que sea una enfermedad, creo que puede tener razón Marucha, no se si uniéndonos a la infancia como dice Anónima o no.
    Gracias por los comentarios a todos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si Alguien Tiene Algo Que Decir Que Hable Ahora...O Cuando Le de La Real Gana.

Entradas populares de este blog

LA GUERRA DE MARINYA

  Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó en

EL SECRETO DE LA CAMA ETERNA

Les voy a revelar porqué en verdad debemos cambiar de colchón cada década. Olviden esas milongas del peso del cuerpo, el desgaste y demás absurdos con que les han engañado. ¿Por qué no cambiaban nuestros abuelos sus colchones cada diez años? Olviden hambres, deudas y ahorros. No tiene que ver con eso, no lo crean. El frenético ritmo de vida que llevamos nos roba horas de sueño, incluso a los que consiguen salvar las de dormir. Y esos sueños pendientes se acumulan. Esos sueños acumulados son los que vencen a nuestras camas bajo su peso. ¿Quieren una cama para siempre? Sueñen todo.                                                   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

HIPOTECADO TRAS LA RUPTURA

  Estas humedades queme están matando son el recordatorio de mi inconsciencia. Con medio siglo a mis espaldas no es tiempo de dejarse engatusar por cantos de sirena. Pero me dejé engatusar… y me fui a vivir con ella. Luego te das cuenta de que solo es preciosa de cintura para arriba y que el sexo con un pez no funciona. Y lo que si es igual son los problemas por la diferencia de edad y de intereses. Así que un día nadó para no volver. Tuviste que hacer un pacto para vivir debajo del agua. Y el diablo no entiende de pifias románticas.   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST