“Y nada más existió hasta el próximo tren”. Así podríamos resumir su vida en aquella garita con casa bucólica adosada. Su única ocupación era desviar la locomotora que llegaba, tres veces por semana, soltar el vagón y pulsar el botón para que otra locomotora con cristales tintados lo recogiese. ¿Qué traían?, ¿qué había dentro de aquella misteriosa estructura en medio de la nada?. Nunca se lo preguntó. Con tanto tiempo libre, si hubiese pensado en ello se habría vuelto loco… mucho antes.
Cybrghost
Participó en ReC; entrecomillada la frase de obligado inicio.
Cybrghost
Participó en ReC; entrecomillada la frase de obligado inicio.
Ahora la loca voy a ser yo...
ResponderEliminarBesos desde el aire
¿?
EliminarDicen que lo más horroroso que puede encontrarse detrás de una puerta cerrada en una habitación vacía...
ResponderEliminarUn abrazo, Cybr
La soledad impuesta tiene que ser desesperante, y más si es absoluta.
EliminarBuen micro, Cybrghost.
ResponderEliminarCon trazos finos, transitas por las consecuencias de la soledad y la exclusión, y nos cuentas -sin explicitarlas- sus consecuencias.
Buen trabajo.
Un abrazo,
Mucha gracias Pedro. Me queda la sensación, por lo clara que tenía la imagen, de que podía haberle sacado más, pero el tiempo apremia.
EliminarJo, me ha gustado mucho, una historia de trenes y garitas abierta, que sugiere más de lo que dice.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que te guste. Quería haber exprimido más la imagen que tenía en la cabeza pero no pudo ser.
EliminarEn este micro se ven las consecuencias últimas de la soledad. Muchas veces no preguntamos, no queremos saber por no meternos en líos, pero tal vez solo andemos perdiendo oportunidades.
ResponderEliminarÉste nunca lo sabrá.
EliminarClaro, él no quiere pensar y nos dejas a nosotros pensando. ¿Te parece justo? ainssss. Me gustó.
ResponderEliminarsaludillos
Eh, yo no dejo pensando a nadie, eso ya es cosa del lector. Con más talento y tiempo la imagen que me sugirió esto daría para algo mucho más largo.
EliminarMe gusta esa forma de dejarle al lector la libertad de decidir, indicándole el camino y dejándole ir.
ResponderEliminarSaludos
Lo celebro, peor prefiero dejaros venir.
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