Un aullido rasga la noche. Se sacude la nieve, salpicando algunas gotas de sangre. Una inmensa luna llena se filtra por cada resquicio entre las hojas de los árboles, derramando blanco sobre el blanco. Así es más sencillo distinguir las marcas de sus botas, aún frescas. Muestra los dientes en una sonrisa tensa y sigue el rastro. Ahora él es el cazador y ella la presa. Las heridas le escuecen y a cada paso aumenta su ira. No sabe si disfrutará más despedazándola o viendo su cara. Ella le da por muerto, desconoce su secreto. Lo averiguará demasiado tarde.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Para ENTC – Enero 2014. (Tras sus pasos por la nieve)
Pues no sé si mi mente me engaña, pero me lleva hasta el cuento de Caperucita, y luego...
ResponderEliminarMe gusta especialmente la descripción de la luz de la luna.
Buen fin de semana.
:-)
Cierta reminiscencia pude tener con Caperucita, pero no es consciente.
EliminarCelebro que te guste. Gracias por leer y aún más por comentar.
Miguel Ángel, un microrrelato inquietante, que encierra una historia de persecución que te deja el corazón helado.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Abrazos.
Muchas gracias. Algo logré entonces.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
¿Quiere un bocado el señor?
ResponderEliminarCon sumo placer.
Amigo Miguel, me gustaría ver por un agujerito la cara que se le quedará a ella.
Saludos
Seguro que eres capaz de verla :-).
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
Salud.
Cómo se nota que los coyotes dominan la noche, lo has descrito bien, y ahora a cenar, jeje. Un abrazo
ResponderEliminarBueno, soy nocturno, de ahí a dominar la noche... aún queda.
EliminarMuchas gracias por leer y aún más por comentar. Todo un honor.
Salud.