La reunión del Concejo concluyó tentando a la medianoche,
pero con una decisión tomada. Con las primeras luces del nuevo día todos los
vecinos se levantaron y ocuparon sus puestos. Los ancianos fueron a cuidar a
los más pequeños, los adolescentes quedaron al cargo de la comida y cada hombre
y mujer en edad de trabajar se dirigió a la linde el pueblo. Allí comenzaron a
cavar y cavar tal como estaba planeado, guardando la mitad de la tierra para sí
y lanzando el resto fuera de su término. Cavaban de sol a luna y descansaban lo
justo. Fueron dejando únicamente una lengua de tierra a modo de puente. Cavaron
tan hondo que finalmente emergió el mar por la brecha abierta. Entonces, el
Presidente del Concejo cavó con rabia, jaleado por los vecinos, hasta eliminar la
lengua que los unía a tierra firme.
Ahora su aldea surca el mar a la deriva, pero ya nadie les
va a decir que deben hacer o pensar, ni en uno ni en otro sentido, tal como
decidieron ellos.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Relato presentado al III Concurso de Microrrelato “Leonardo
Barriada” de la Asociación Félix de Martino de Soto de Sajambre y que el jurado ha tenido a bien escoger entre los diez finalistas
Pueden con todo, todo lo consiguen.
ResponderEliminarUna especie de realismo mágico cabezota y encantador que me gusta.
Felicidades. Y suerte.
(Tercer intento)
EliminarAl menos hay que intentarlo. Reivindico mi derecho a que no me digan cómo he de pensar ni cómo son las cosas, o que es lo correcto desde TODAS partes. Muy en la linea del encabezamiento del blog, creo.
Gracias por leer y aún más por comentar.
Era uno de mis favoritos, me gusta por lo original, con un algo de Saramago...
ResponderEliminarGuau, vaya comparaciones. Saramago es una de mis dos mil cuantas pendientes. Un honor constar entre tus favoritos, más estando escrito de forma bastante precipitada.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
Apunta "La balsa de piedra" ;-)
EliminarSi, el argumento lo conozco, pero no lo leí. Gracias, tomada nota.
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