Allí estaba otra maldita Nochevieja con su rica tía, dispuesto a dejarse ir otro año más. tras las campanadas de Año Nuevo no iba a ser mejor persona, no tenía un gran proyecto, no iba a apuntarse al gimnasio ni a hacerse voluntario o socio de ninguna ONG. Pero intuía que iba a ser un gran año.
A la tercera campanada tía se atraganta,
a la sexta tiene un tono azulado,
a la décima boquea
y con la última se ha desplomado inerte.
Sí, tiempo de sobra ha tenido para tratar de liberar su garganta, pero también memoria de sus doce años y la cama de la tía.
Y haciendo cuentas...
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Este texto es mi participación en este mes en ENTC (Esta Noche Te Cuento)
Por fin, el sobrino vio cumplido aquello de: a la tercera va la vencida...
ResponderEliminarY el instinto de venganza del adolescente si no he entendido mal.
Si, lo leíste como lo pensé al escribir.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.
Uff, escalofriante. Muy tuyo. Me gusta.
ResponderEliminarCelebro que te guste. Un placer y un honor tenerte por mi guarida.
EliminarMuchas gracias por leer y aún más por comentar.
Salud.