Como sombras disipadas
por un nuevo amanecer desaparecen. Al amparo de las sombras han
cuchicheado, apenas levantando la voz en un par de ocasiones, durante varias
jornadas, temerosos de que acabara su tiempo. Pero de pronto un sol de napalm
ha iluminado el cielo, y antes incluso de que nadie dijese nada, los
negociadores de uno y otro bando habían comprendido que era su final.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Hay muchas formas de bombardear la esperanza. Sin duda tú planteas una negociación a destiempo en la que el humano sucumbe ante la evidencia y las consecuencias de sus propios actos.
ResponderEliminarUn estilo y forma de narración que me gusta, con esa atmósfera de sombras y silencios, preludio de la extinción.
Tu voz arrastra las sílabas como símbolo decadente de la escena que narras. ¡Bravo!
Un abrazo Miguel Angel.
Para mi una negociación nunca es a destiempo. Celebro que te guste, aunque como siempre, no lo suficiente. En lo de la voz sólo soy un vulgar aprendiz de oído de Juan Suárez & Cía (La Libélula de Radio3) y Javier Gil (La Poesía es un cuento).
EliminarMuchas gracias por tus palabras y ni imaginas cuántas por tu comentario.
Salud.
Muchas veces hay que intentar negociar aunque creas ver el fracaso como horizonte final. Por lo menos, que no se diga que no se ha intentado.
EliminarMuchas gracias por leer y aún más por comentar.
EliminarUn abrazo.
Salud.
Ese ego prepotente ¿puede negociar?...
ResponderEliminarIntensidad en tus palabras y tu voz¡¡
Gracias,
tRamos
Negociar, negociar siempre. Con más o con menos posibilidades.
EliminarGracias a ti, por pasarte a leer, y muchas mas por dejar tu comentario.
Salud.
Mantener la esperanza a pesar de todo, esa es la clave para despertarse y continuar cada día hacia arriba.
ResponderEliminarSaludos
Para mi, hay una delgada linea que separa cuando mantener la esperanza y cuando hay que asumir la derrota. En todo caso, mejor o peor, todo segurá girando.
EliminarMuchas gracias por leer y aún más por comentar.
Salud.