Al final del pasillo a mano izquierda falleció el primero, fue muy rápido. Luego vinieron el de enfrente, el de la cuatro, el de la doce… Es duro, duele, porque les conoces, les quieres. Ellos siempre decían que de aquí no se moverían, que iban a quedarse siempre conmigo. Y cumplen su promesa cada noche. Y yo… no puedo más ¡Necesito descansar en paz! Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST
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