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Mostrando entradas de diciembre, 2015

¡DETENGAN LA NAVIDAD!

Ricardo era un tipo analítico y pegado a la tierra. El pasado era historia y sólo se consentía mirar al futuro para planificar y anteponerse a los contratiempos. Eso había hecho cuando instaló aquel sistema de alarma. En estas fechas, con la mitad de las casas vacías y la otra mitad inmersa en ruidosas celebraciones, las posibilidades de sufrir un asalto se multiplican. La llamada de la empresa de seguridad la mañana del veinticinco confirmaba su razonamiento. La madrugada anterior la Policía había detenido a un tipo gordo con barba blanca que trataba de introducirse en su casa por la chimenea. O eso le pareció entender; con el volumen del llanto de su sobrino frente al árbol de Navidad no estaba seguro. Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

CUENTO DE (accidentada) NAVIDAD

Todo estaba dispuesto en la mesa como cada año. La abuela presidiendo, con el recuerdo del difunto en la cabeza. Ya hacía un par de años que no discutía ocupar el lugar principal con su hijo mayor. Había aceptado los argumentos de su primogénito; los tiempos evolucionan y el género no debería pesar. Sus hijas y su nuera, en perfecta sintonía, se ocupaban de los preparativos y el menú, siempre atentas a su consejo. Los nietos seguían creciendo, algunos ya haciéndose mayores, en aquella mesa. Y como siempre sus yernos discutiendo desde el inicio de la cena. La conversación fue subiendo de tono mientras el vino bajaba y varios nietos se habían unido ya a una enconada discusión. Entre el fragor la abuela llevó una mano al pecho y la otra al pulsador de emergencias. Alguien cogió el teléfono apresuradamente. Un tipo corpulento vestido de rojo y con una poblada barba cana entró al salón acompañado de una chica y un chico que se afanaban ella en seguir sus instrucciones y prestar conse

¡FELICES FIESTAS!

UNA VUELTA AL RELOJ

Desde que ascendiera en la escala social, la obsesión de Horacio Benoit siempre fue “un buen reloj, de señor”. Planificó un viaje a Suiza exclusivamente para que le fabricaran uno, haciendo alarde de la fortuna familiar. Era un reloj precioso, de oro con profusa filigrana. Ni que decir tiene, la maquinaria era perfecta. Pero a Horacio Benoit no le pareció bastante, quería algo más exclusivo. En la cara interior de la tapa fue grabado el perfil de Don Horacio y el apellido Benoit en letras góticas. Sólo entonces se dio por satisfecho. Ernesto Benoit malvendió la fábrica, luego la biblioteca, después el palacete familiar para mudarse a una casa más modesta… Hoy vendía en una casa de empeños el reloj que su padre, el gran Horacio Benoit, de Conservas Selectas Benoit, le había legado. Era eso o perder la casa. De su padre, Daniel Benoit sólo tenía el apellido. Su madre los alejó de él cuando sólo contaba tres años. Ella le contó que su adicción al juego lo había echado todo por la

HUNDIMIENTO A LA VISTA

Mi vida se hunde Mi vida se hund Mi vida se hun Mi vida se hu Mi vida se Mi vida s Mi vida Mi vid Mi vi Mi …   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

APARICIONES MUTUAS

Vuelven a ser invisibles. Es ya la tercera o quizá la cuarta vez que me pasa mientras huyo de ellos. Extrañamente no parecen hostiles, su gesto es más bien una mezcla de atracción y espanto. No obstante, no pienso averiguar que quieren. Unos seres que se diluyen en la nada mientras me persiguen para volver a manifestarse no me inspiran la mínima confianza. ¿Qué es esa luz? Me deslumbra, me rodea, me sumerge… Una voz se desliza a lo más profundo de mi mente: “Déjalo ya, asúmelo, has muerto” repite firme y seductora. Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST