Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó en
ESPACIO LIBRE DE POLÍTICA. Gracias por respetarlo.
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La magia del cuento del dinosaurio; es precisamente como sigue ahí.
ResponderEliminarAvanzando , multiplicándose, cada autor va surgiendo con una nueva versión.
Yo creo que está manido y que la mitad de los lectores ni lo entendemos, pero eso sí, perdura.
EliminarJjajjajaj una perversión muy buena Cybrg.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias.
EliminarMe encanta!!!! Es genial, y con mucha razón, los microrrelatistas tenemos que pedir una orden de alejamiento ya del dinosaurio.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Ana.
EliminarMiguel Angel, me ha gustado, mucho. Yo no pido la orden de alejamiento, el dinosaurio es todo y es nada, es la vida,son los sueños, pero también es el poder y la opresión. El vacío y la plenitud. Te despiertas, y está ahí.
ResponderEliminarUn abrazo
Para los que tenemos menos nivel y encima somos muy poco teóricos, el dinosaurio acaba siendo cargante. Un honor gustarte.
EliminarMuy bueno, Cybrghost. El problema no es alejar al dinosaurio por un tiempo, sino que al final siempre volvemos a buscarlo. Es como una de esas adicciones...
ResponderEliminarUn abrazo.
Nos clava en un mito que ni entendemos, estoy seguro, y es defendido por los más dogmáticos de género. Yo me libraré al final del dinosaurio, y de la maldición de las letras.
EliminarEl dinosaurio siempre ha de estar ahí para que podamos volver a los orígenes. Es como el anillo que encontró Bilbo.
ResponderEliminarUn abrazo,
El anillo era maligno, y además ya lo destruyo Sam, aunque el mérito se lo apuntasen a Frodo :-).
EliminarSí, es una perversión, pero ¿qué haríamos sin ese dinosaurio al que tantas vueltas le hemos dado siempre?
ResponderEliminarMe gusta mucho el micro.
Y gracias por tus palabras en la Nave.
Besos
En mi opinión... avanzar más y ser menos dogmáticos. Y escribir micros más comprensibles.
EliminarMe alegro siempre de gustar a gente con talento como para ser escritores.
Y en la Nave me limito a opinar como lector, tampoco especialmente bueno, ni entendido ni atento.
jajaja pobre dinosaurio. Él no tiene la culpa. jeje. Me gustó
ResponderEliminarsaludillos
Tu y yo ya hemos hablado alguna vez del dinosaurio de marras :-).
EliminarTe diré una cosa Cyb. Casi todas las revisiones del Dinosaurio hacen que me tape la nariz. Pero la tuya es genial.
ResponderEliminarSerá porque nace de que ya me apesta el dinosaurio :-)
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