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LA GUERRA DE MARINYA

  Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó en
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RELACIÓN CONFLICTIVA

  Dígale, agente, que la quise mucho pero prefiero ni verla. Son ya demasiados problemas, demasiadas comisarías. Dígale que a ninguno de los dos nos conviene seguir con esta relación. Que se aleje de mi para siempre, no le convengo. Si no, jamás saldrá de esta viciada espiral de delincuencia. Pagaré su fianza por última vez solo si no me busca al salir. Esa es mi condición.   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

CONTRATIEMPO

  Esperando que más pronto que tarde, dejes de llorar por él preparé mi plan al detalle. He sido tan minucioso que ni Sherlock Holmes llegaría a sospechar de mí un instante. Eso obviando que a todos les pareció un accidente. Ahora yo he de ser tu hombro para llorar, después tu consuelo y por fin tu nuevo amor. Un plan perfecto a punto de irse al garete. Mi exceso de celo en ocultar del crimen me hizo descuidar lo más importante: Sé todo de ti, pero jamás hemos hablado. Todo calculado menos una excusa para conocernos.   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

omlocotsE

  Que vengan por fin a rescatarte es tu única esperanza. Todo este tiempo has mantenido sereno, obediente, colaborador… diría que incluso amable por momentos. A pesar de la brusquedad del secuestro, del encierro, de la oscuridad, de este infecto zulo y del silencio casi total para evitar que pudieras reconocerme. No, no se han negado a pagar, se nota que te aprecian. Pero ya es tarde, no quiero el rescate. Eres lo mejor que me ha pasado.   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

PENDIENTE DE CONFIRMAR

  Le pido que haga todo lo posible por mantener a mi marido con vida un poco más ante su mirada entre incrédula y escandalizada. Pero es tal mi desesperación que accede. Hago una llamada rápida y consigo adelantar la cita. En la cafetería del hospital me entrega un sobre. Le echo un vistazo rápido y efectúo el pago. Se secan mis lágrimas. Subo triunfante de nuevo a la planta. De camino a su habitación indico al doctor que haga con él lo que considere oportuno. Arrojo las fotos sobre su cama y le escupo a la cara. Ahora sí estoy segura: merecía lo que le hice.   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

HIPOTECADO TRAS LA RUPTURA

  Estas humedades queme están matando son el recordatorio de mi inconsciencia. Con medio siglo a mis espaldas no es tiempo de dejarse engatusar por cantos de sirena. Pero me dejé engatusar… y me fui a vivir con ella. Luego te das cuenta de que solo es preciosa de cintura para arriba y que el sexo con un pez no funciona. Y lo que si es igual son los problemas por la diferencia de edad y de intereses. Así que un día nadó para no volver. Tuviste que hacer un pacto para vivir debajo del agua. Y el diablo no entiende de pifias románticas.   Miguel Ángel Pegarz c YBRGHOST

EL PRECIO DE LA FE

  Había pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá con la fe de la desesperación, de aquel que ya no cree en nada y sólo le queda agarrarse con ansia a supersticiones ya superadas. El seis de enero le despertó el tremendo jaleo procedente de las calles. Al parecer ningún chaval tenía sus regalos. Encendió la radio mientras preparaba el café, emitían un boletín especial informativo: “ Anoche tres individuos, uno de ellos de raza negra, han reventado, en circunstancias aún por esclarecer, el muro perimetral de la prisión provincial para posteriormente realizar un butrón en una de las celdas de la planta baja, facilitando la huida de dos presos. Se desconoce la relación…” Sonó el timbre.   Miguel Ángel Pegarz