Allí, frente al espejo del baño, repasaba cada detalle. Bien afeitado, y eso que ponerse las gafas para apurar bien le hacía sentir ridículo. El traje de los domingos, o bueno, el traje, porque nunca tuvo otro, bien cepillado y sin una mancha. La corbata, que no recordaba la última vez que se la puso. Y un clavel en la solapa, que si recordaba la última vez que se lo puso, y la única, el día de su boda. A él le seguía pareciendo una mariconada, pero a las mujeres les gustan esas tonterías. Se sentía un poco estúpido. No tenía edad ya para temblarle las piernas si no era por la circulación o la artrosis. Y a los ochenta, los nudos en el estómago se deben a una digestión pesada o a la hernia de hiato. Pero ahí estaba él, frente al espejo del baño, arreglándose como si fuera su primera comunión, temblando como un flan y con un nudo en la boca del estómago. Cogió el bastón, pero en el último momento lo dejó contra la pared. Y enfiló la puerta, emocionado como un chiquillo. Cybrghost ...
qué foto para más chévere!
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte ;) , si me da tiempo también participaré.
ResponderEliminarSaludos.
Muy buena foto. suerte!
ResponderEliminarMuchas gracias a los tres por vuestra opinión y ánimos.
ResponderEliminarComo salmantino que soy, enseguida me llamo la atención al verla en la edición de esta noche del programa de la 2 cámara abierta. Muy buen trabajo. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarPancho: Muchas gracias paisano, quedé algo flipado cuando via a Carlos del Amor con mi foto de fondo.
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