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NI LA MUERTE NOS SEPARE

Como sombras disipadas por un nuevo amanecer, las dos almas se escabullen a toda prisa con los primeros rayos de sol. Atrás dejan una noche amándose bajo los matojos, ocultos a los ojos de todos con la complicidad de la luna. Atrás dejan también sus cuerpos apuñalados, aún tibios.

Miguel Ángel Pegarz

cYBRGHOST


Comentarios

  1. Pues sí, hay vida después de la muerte. Un relato negro muy tierno.
    Abrazo

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    Respuestas
    1. Ternura y negrura, pura contradicción, como el autor.
      Muchísimas gracias por pasar por aquí e infinitas por comentar.
      Salud.

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  2. Buenas noches, Miguel
    Este micro será publicado en El Microrrelatista el día 20 de septiembre.
    Con tu permiso.
    Un abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un honor, faltaría más.
      Amén de que la licencia con que publico te exime de pedirme permiso.
      Muchas gracias por pasar a leer y por difundirlo.
      Un placer tenerte de nuevo por estos lares.
      Salud.

      Eliminar

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Si Alguien Tiene Algo Que Decir Que Hable Ahora...O Cuando Le de La Real Gana.

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EL CAPRICHO

Muerto, pero mío . Llevaba viéndolo demasiados días, sólo un instante, pero suficiente para desearlo con todas mis fuerzas. Pero él me esquivaba. No sé si consciente o inconscientemente. Tenía muy claro que no se me escaparía. No podría huir eternamente. Hoy bajó la guardia, se demoró. Suficiente para colocar mis alas en ancla y caer sobre él. Ya no se pavoneará más. Aunque ahora que lo tengo, tampoco me gusta tanto. Cybrghost Participó en Rec (Relatos en Cadena), cuya frase de inicio obligado esa semana aparece en cursiva.

EL ABUELLO III

Allí, frente al espejo del baño, repasaba cada detalle. Bien afeitado, y eso que ponerse las gafas para apurar bien le hacía sentir ridículo. El traje de los domingos, o bueno, el traje, porque nunca tuvo otro, bien cepillado y sin una mancha. La corbata, que no recordaba la última vez que se la puso. Y un clavel en la solapa, que si recordaba la última vez que se lo puso, y la única, el día de su boda. A él le seguía pareciendo una mariconada, pero a las mujeres les gustan esas tonterías. Se sentía un poco estúpido. No tenía edad ya para temblarle las piernas si no era por la circulación o la artrosis. Y a los ochenta, los nudos en el estómago se deben a una digestión pesada o a la hernia de hiato. Pero ahí estaba él, frente al espejo del baño, arreglándose como si fuera su primera comunión, temblando como un flan y con un nudo en la boca del estómago. Cogió el bastón, pero en el último momento lo dejó contra la pared. Y enfiló la puerta, emocionado como un chiquillo. Cybrghost ...

SILENCIÁNDOME

(Versión prosa) Callo, hoy callo. Y mando mis palabras  a un cajón antes que mi voz acabe de disolverse en el susurro de los oídos distraídos ocupados en otras notas. Callo, hoy callo. Cansado de desgañitarme, de tratar de gritar al viento y que el viento sople a la cara, y que mis palabras me retumben en la cara. Hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, donde al menos vivirán en una ilusión, ajenas a lo que su padre sabe. (Versión Verso) Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, Previo mi voz se disuelva en rumor De oídos distraídos, ocupados En otras notas. Callo, hoy callo. Cansado de desgañitarme, tratar De gritar al viento y que el viento sople A la cara, retumben las palabras Contra la boca. Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, Ajenas a lo que su padre sabe. Que al menos vivan en la salvación De ilusión sorda.   (La versión verso esta incompleta. A sugerencia de Gonzalo Escarp...