Cuando la voz que a todos nos reclama pronuncie mi nombre,
no quiero que nadie llore al devolverme a la tierra. Llevadme a mi único campo,
desandad el camino que fue surcando mi huella. Haced en ese campo mi tumba, de
noche y con luna llena. Si lo hacéis tal como os digo, burlaré la eterna
condena y brotaré manantial al llegar la primavera. Y así volveré a vosotros,
dando vida a las cosechas.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Me ha encantado.
ResponderEliminarLo celebro. Un honor.
EliminarGracias por leer y muchísimas más por comentar.
Salud.