Un ligero movimiento para acomodarnos al asiento. El click del cinturón de seguridad. Un giro de muñeca y ya eres rey de tu pequeño espacio. Las manos sobre el volante, acariciándolo suavemente, disfrutando de ese tacto familiar. La radio como inseparable compañera. El rítmico palpitar del motor de fondo. Miradas de reojo vigilando tus espaldas a través del espejo. El paisaje pasando lánguido por tus flancos. La lluvia salpicando el cristal, borrándose y salpicando de nuevo. Los surcos del caucho en el agua. El Sol cayendo y marcando el comienzo del baile de luces. Movimientos precisos para relevar a otro de su posición en el camino. La precisión en el juego de pies sobre los pedales. El suave balanceo al tomar la curva. Ver a tu espalda lo que dejas. Divisar en la distancia tu punto final, o tu punto y seguido para tomar fuerzas. Tú y el asfalto: sensación de libertad. Mil sensaciones en algo tan simple.
CYBRGHOST.
algo tan simple?, a mi, como a muchos no nos lo parece, es mas nos produce un pánico indescriptible e imcomprendido.
ResponderEliminaruhm...
ResponderEliminarsuper simple y relajante, en realidad :)
hay que disfrutar conduciendo, vivirlo como un momento bonito, respetando las normas y sintiendo la seguridad. Un abrazo
ResponderEliminarp.d.: veo que eres colchonero como yo ;)
Buenísimo!!!
ResponderEliminarTe he dicho que soy mensajero..!!
ResponderEliminarY soy mensajero....porque me gusta conducir...!!!
ResponderEliminar