Cybrghost
Cybrghost
Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó...
Bien reflejado este mundo metalizado. Un abrazo Cyb.
ResponderEliminarDestaco de este micro la soltura de la gramática. Esto, que es muy de la microliteratura, está muy logrado.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Muy cibernético tu micro.
ResponderEliminarMe gusta.
Saludos
Bien, Cybr.!!!!
ResponderEliminarDa gusto leerte, amigo.
Un beso grandote
Un micro de esos en los que la tensión va creciendo pareja a la curiosidad, me gusta.
ResponderEliminarSaludos
El lenguaje y el ritmo muy acordes a la "tecnósfera". ¿Comprobación pupilar? mmm...
ResponderEliminarComo dice Pablo, me gusta la soltura que demuestras, la facilidad de la narración para ser leída. Y también deja qué pensar...
ResponderEliminarMetacybrghost.
ResponderEliminarBlogsaludos
Maite, Pablo, Rosa, Patricia, Paloma, Yun, sqa, Adivín, muchas gracias por vuestros comentarios y me alegro que os gustara.
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