(Versión prosa) Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón antes que mi voz acabe de disolverse en el susurro de los oídos distraídos ocupados en otras notas. Callo, hoy callo. Cansado de desgañitarme, de tratar de gritar al viento y que el viento sople a la cara, y que mis palabras me retumben en la cara. Hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, donde al menos vivirán en una ilusión, ajenas a lo que su padre sabe. (Versión Verso) Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, Previo mi voz se disuelva en rumor De oídos distraídos, ocupados En otras notas. Callo, hoy callo. Cansado de desgañitarme, tratar De gritar al viento y que el viento sople A la cara, retumben las palabras Contra la boca. Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, Ajenas a lo que su padre sabe. Que al menos vivan en la salvación De ilusión sorda. (La versión verso esta incompleta. A sugerencia de Gonzalo Escarp...
Pues a este paso.... se queda esqueletico, Miguel. Fueron muchos los fallos de memoria que leí con lo de los dos cubiertos, pero he de decir que ninguno tan gráfico y con "menos explicaciones" como el tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Si, es lo que tiene cuando se acaba la comida. A veces me paso de elíptico. El éxito fue el de siempre :-). Pero bueno no es de los textos que más me disgusten. Gracias por pasar leer y aún más por comentar.
Eliminar¡Ay, la memoria!
ResponderEliminarAtolondrada, desenfocada y un tanto anárquica va la mía...
Lo de pensar en qué comer la semana que viene, el día siguiente u otros, eso es lo de menos, sólo hay que abrir el frigo.
Besicos, amigo
Cabopá, como la de casi todos, imagino. ¡Ojalá todo el mundo sólo tuviese que abrir el frigorífico!.
EliminarGracias por pasar a leer y aún más por comentar.
Has logrado un gran micro con esa frase. Tan bueno como aterrador...
ResponderEliminarMuchas gracias Pablo. No lo suficiente :-). Gracias por leer y aún más por comentar.
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