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LA PERDIZ DEL CUENTO

No fueron felices ni comieron perdices, faltaría más. Hay que estar en una situación límite para llegar a eso. Sí, sí todo os parece precioso porque no son vuestros padres, hermanos, hijos, vecinos…los que sufren las consecuencias. Porque se habla mucho de pagar el pato, pero ojalá fuera así.
Te puedo asegurar una cosa. Yo no tengo nada claro quién es el malo del cuento. Estoy muy muy harto de finales felices… para otros. Dejad de decir con la boca llena que hay que ponerse en la piel del otro, y poneos en mis plumas.

Miguel Ángel Pegarz

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