Nos comimos a unos
cuantos vecinos para no defraudar al lívido público. Es lo que se espera de
unas criaturas del Averno, y el terror que inspiramos se fundamenta en
perpetuar el mito. Pero maldita sea la hora. Varios de mis compadres no dejan
de vomitar y el resto tenemos acidez y ardor de estómago. Y es que entre
químicos, drogas y polución ya sólo se puede comer tranquilo humano de granja
ecológica o clonado en laboratorio.
Arriesgamos nuestra salud cada vez que nos invocan; y encima
el seguro no lo cubre.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
¡Vaya por Dios! Una granja humana.
ResponderEliminarSorprendente.
Saludos.
No exactamente.
EliminarMuchas gracias por leer y más aún por comentar.
Salud.