Ir al contenido principal

AMIGOS DEL TRABAJO

Vaya por delante que esto no es un reproche ni va por nadie ni contra nadie. Porque igual alguien se da por aludido y no quiero despertar susceptibilidades. Es simplemente la constatación de un hecho por parte de quien ya ha pasado por unas cuantas empresas y con una durabilidad respetable en varias de ellas.

Las amistades del trabajo son algo voluble y pasajero. En el trabajo, como lugar en el que pasas un buen número de horas de tu día y de tu vida, se desarrollan una serie de afectos. Es mi intención descartar los negativos, aunque a veces resulte inevitable y en ese caso procuro mitigarlos lo más posible. Porque como alguien, un amigo del trabajo, me dijo una vez, no merece la pena estar a mal con nadie, porque no sirve de nada. Más habitual, si todo marcha bien, es desarrollar sentimientos positivos hacia alguna de la gente que te rodea. A medida que pasa más tiempo vas enterándote de intimidades de la persona y confiándole tú también las tuyas, en mayor o menor medida. Es característico también que a esas personas no sueles verlas fuera del trabajo; nunca hay manera, siempre demasiadas ocupaciones. Y un buen día acabas en ese trabajo.

Al principio de irte del trabajo todo es muy bonito. Te desean (o deseas) lo mejor, llegan mensajes, a veces hasta hay llamadas. Raramente incluso te tomas algo con quien nunca podía quedar cuando trabajabais juntos. Sueles visitar tu antiguo trabajo y todo es color rosa. Pero poco a poco cada vez hay menos contacto, las felicitaciones, luego ni se contestan o ni llegan. Y un buen día pasas por tu antiguo trabajo y te sientes imbécil. Ya no conoces a la mitad y te sientes un bicho raro con los que aún quedan. Yo soy un nostálgico y aún así me quedarán un par de visitas antes de darme cuenta de que no tiene sentido volver. Y así se va diluyendo en el vacío gente que creías importante en tu vida. Pero apenas nos damos cuenta, porque ese espejismo se repite en el siguiente trabajo. Y en el fondo es hasta necesario, porque en la medida que desarrollemos esos afectos nos encontraremos más agusto. Y acabas saludando a gente que un día fue importante al cruzarte por la calle por inercia, como quien habla del tiempo con el vecino en el ascensor.

Los amigos del trabajo son como la marea, vienen y van, siempre es lo mismo aunque nunca es igual.

Por supuesto, hay excepciones.

CYBRGHOST

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA GUERRA DE MARINYA

  Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó...

SILENCIÁNDOME

(Versión prosa) Callo, hoy callo. Y mando mis palabras  a un cajón antes que mi voz acabe de disolverse en el susurro de los oídos distraídos ocupados en otras notas. Callo, hoy callo. Cansado de desgañitarme, de tratar de gritar al viento y que el viento sople a la cara, y que mis palabras me retumben en la cara. Hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, donde al menos vivirán en una ilusión, ajenas a lo que su padre sabe. (Versión Verso) Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, Previo mi voz se disuelva en rumor De oídos distraídos, ocupados En otras notas. Callo, hoy callo. Cansado de desgañitarme, tratar De gritar al viento y que el viento sople A la cara, retumben las palabras Contra la boca. Callo, hoy callo. Y mando mis palabras a un cajón, Ajenas a lo que su padre sabe. Que al menos vivan en la salvación De ilusión sorda.   (La versión verso esta incompleta. A sugerencia de Gonzalo Escarp...

TENTANDO EL MAL

Siempre he creído que el Mal nos acecha en la oscuridad, en forma de espíritus resentidos que la luz reprime. La conclusión no es gratuita; siempre he sentido admiración por lo oculto y soy un gran estudioso de la materia. Superada la fase de estudio y enunciación, no queda sino llevarlo al terreno del empirismo. Por eso he decidido venir a esta casa abandonada y deambular a oscuras toda la noche. Tras un par de horas, he tropezado, con resultado de fractura de tibia y peroné. Al final, tuve mi fenómeno para anormal. Miguelángel Pegarz c YBRGHOST