Ante la oleada de robos en el vecindario y como apenas paro
en casa, decidí que debía protegerme y adopté un Grifo de mascota. Pronto
empecé a recibir quejas de los vecinos, pues fue acabando uno a uno con todos
los perros y gatos del vecindario. Al final tuve que decirle que no existía.
El otro día trataron de asaltar la casa y huyeron
aterrorizados al verlo. Pero el pobre no movió una uña. Desde que se sabe
imaginario, pasa el día lloriqueando en una esquina del jardín.
Miguel Ángel Pegarz
cYBRGHOST
Escrito para
el Taller de Escritura Creativa de la Casa de las Conchas
El poder destructivo de la imaginación ! Se puede sacar muchas lecturas, gran micro
ResponderEliminarGracias Pablo, celebro que te guste. Y sácale cuantas lecturas quieras :-)
EliminarMe pido uno Miguel Ángel, va a flipar el cartero, je je. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Pobre cartero. No es de él de quien hay que tener cuidado. Al menos el mío me trata bastante bien.
EliminarYo por preferir prefiero un troll, esos no lloran, protegen incluso conociendo su verdadera e imaginaria condición. Eres un crack.
ResponderEliminarYo prefiero un troll porque no lloron pese a conocer su verdadera e inexistente condición. Eres un crack!
ResponderEliminarCuestión de gustos, yo es que con forma humanoide...
EliminarMenos mal que no me lo creo.
Gracias por pasar, leer y comentar.