Ir al contenido principal

RESERVAS




La ciudad se erguía en acero y cristal. Sus líneas eran limpias. Y sus ciudadanos a ritmo constante por las aceras o en los aerocoches. Vestían impolutos monos de diversos colores, que facilitaban la identificación por niveles, en función de las tareas asignadas. Y rodeando su ecosistema una enorme valla electrificada, protegiéndoles del salvaje exterior. Entraba en lo probable la existencia de urbes parecidas, lo desconocían. Nadie osaba penetrar la masa verde que les rodeaba. Los habitantes del exterior lo denominaban “La Reserva” y los habían recluido allí después de que casi consiguieran destruir el planeta.



Cybrghost



Safe Creative
#1102048416900
 

Comentarios

  1. ¡Estremecedor pero no muy lejano, Cybr! Antes de leer el cuento, me quedé mirando las imágenes y pensaba en ese contraste...

    Saludos distópicos van.

    ResponderEliminar
  2. Muy Aldous Huxley, pero dándole la vuelta a la tortilla... sí, deberíamos dejar una reserva para los que no cuiden el planeta. Incluida yo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues mi inspiración es una novela infantil "Un agujero en la alambrada" de Francois Satereau (Barco de Vapor- Naranja).

      Eliminar
  3. Creo que, si pudieran, los animales lo harían, y habría un grupo de ellos, llamados "humanistas" que defienden la libertad de los hombres ¿no?
    saludillos futuristas

    ResponderEliminar
  4. Pues si tenemos que vivir en "reservas", por destruir el planeta...ahora mismito me hago de Green Peace, o de lo que sea. Es que a mí me gustan los bosques, los lagos, las montañas...caminar sin rumbo entre los árboles dando vueltas, ... y cuando llevo mucho tiempo en la ciudad me siento "encerrada".

    Buena visión futurista, aunque como bien dices: ¡nos lo cargaremos antes! ¡no hay duda!. Besos un poco pesimistas, en estos momentos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, a mi de las organizaciones ecologistas siempre me hizo gracia que suelen ir en vaqueros y que habitualmente la profesión que predomina son abogados. Pero en fin... Yo ando entre parte y parte.

      Eliminar
  5. ¿Sabes a qué me ha recordado? A Libertad de Pablo Gonz.
    espero no tener que ver esto jamás de los jamases. Aunque, quién sabe, el retrato ha sido impactante

    Muchos besos

    ResponderEliminar
  6. Ya vivimos en reservas, sólo nos falta la alambrada...
    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, aún seguimos estropeándolo todo. En las ciudades y fuera de ellas.

      Eliminar
  7. Buen micro, Cybrghost. Encajaría perfectamente en los lunes ecologistas de Luisa.

    Repito lo que ya se ha dicho, en todos los sentidos, a veces tengo la sensación de que ya vivimos así y a veces deseo que no nos llegue nunca.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si Alguien Tiene Algo Que Decir Que Hable Ahora...O Cuando Le de La Real Gana.

Entradas populares de este blog

EL ABUELLO III

Allí, frente al espejo del baño, repasaba cada detalle. Bien afeitado, y eso que ponerse las gafas para apurar bien le hacía sentir ridículo. El traje de los domingos, o bueno, el traje, porque nunca tuvo otro, bien cepillado y sin una mancha. La corbata, que no recordaba la última vez que se la puso. Y un clavel en la solapa, que si recordaba la última vez que se lo puso, y la única, el día de su boda. A él le seguía pareciendo una mariconada, pero a las mujeres les gustan esas tonterías. Se sentía un poco estúpido. No tenía edad ya para temblarle las piernas si no era por la circulación o la artrosis. Y a los ochenta, los nudos en el estómago se deben a una digestión pesada o a la hernia de hiato. Pero ahí estaba él, frente al espejo del baño, arreglándose como si fuera su primera comunión, temblando como un flan y con un nudo en la boca del estómago. Cogió el bastón, pero en el último momento lo dejó contra la pared. Y enfiló la puerta, emocionado como un chiquillo. Cybrghost ...

PROFECÍA FLORAL

Cuando se agote la hierba florecerá el alambre. Mientras el mundo exista, la belleza se abrirá camino en cualquier detalle. Sólo cuando muera toda muestra de belleza será el fin. Cybrghost Sobre creación-fotografía de Sara Lew cedida para inspirar a quien se quiera dar por interpelado.

¿A QUÉ HUELE EL NÚMERO PI?

Por más que la profesora le hablase de un griego clásico llamado Pitágoras, él no podía evitar pensar en esos arcos que custodian la entrada de los templos japoneses. Y su olfato se veía invadido por un aroma de maderas nobles y orquídeas regadas por la lluvia. Hasta que una voz imperativa le despertaba de sus ensoñaciones y al abrir los ojos descubría que el aroma procedía de la colonia de la profesora, que le gritaba muy cerca con cara de pocos amigos. Cybrghost Para el Taller de las Conchas . Sesión “Los Novelistas También Saben Matemáticas”.