La ciudad se erguía en acero y cristal. Sus líneas eran
limpias. Y sus ciudadanos a ritmo constante por las aceras o en los aerocoches.
Vestían impolutos monos de diversos colores, que facilitaban la identificación
por niveles, en función de las tareas asignadas. Y rodeando su ecosistema una
enorme valla electrificada, protegiéndoles del salvaje exterior. Entraba en lo
probable la existencia de urbes parecidas, lo desconocían. Nadie osaba penetrar
la masa verde que les rodeaba. Los habitantes del exterior lo denominaban “La
Reserva” y los habían recluido allí después de que casi consiguieran destruir
el planeta.
Cybrghost
¡Estremecedor pero no muy lejano, Cybr! Antes de leer el cuento, me quedé mirando las imágenes y pensaba en ese contraste...
ResponderEliminarSaludos distópicos van.
Yo creo que nos cargaremos antes el planeta.
EliminarMuy Aldous Huxley, pero dándole la vuelta a la tortilla... sí, deberíamos dejar una reserva para los que no cuiden el planeta. Incluida yo.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues mi inspiración es una novela infantil "Un agujero en la alambrada" de Francois Satereau (Barco de Vapor- Naranja).
EliminarCreo que, si pudieran, los animales lo harían, y habría un grupo de ellos, llamados "humanistas" que defienden la libertad de los hombres ¿no?
ResponderEliminarsaludillos futuristas
Yo soy menos optimista. Aunque tu versión es muy "Avatar"
EliminarPues si tenemos que vivir en "reservas", por destruir el planeta...ahora mismito me hago de Green Peace, o de lo que sea. Es que a mí me gustan los bosques, los lagos, las montañas...caminar sin rumbo entre los árboles dando vueltas, ... y cuando llevo mucho tiempo en la ciudad me siento "encerrada".
ResponderEliminarBuena visión futurista, aunque como bien dices: ¡nos lo cargaremos antes! ¡no hay duda!. Besos un poco pesimistas, en estos momentos.
Bueno, a mi de las organizaciones ecologistas siempre me hizo gracia que suelen ir en vaqueros y que habitualmente la profesión que predomina son abogados. Pero en fin... Yo ando entre parte y parte.
Eliminar¿Sabes a qué me ha recordado? A Libertad de Pablo Gonz.
ResponderEliminarespero no tener que ver esto jamás de los jamases. Aunque, quién sabe, el retrato ha sido impactante
Muchos besos
Reconozco no haberlo leído aún.
EliminarYa vivimos en reservas, sólo nos falta la alambrada...
ResponderEliminarBesos desde el aire
No, aún seguimos estropeándolo todo. En las ciudades y fuera de ellas.
EliminarBuen micro, Cybrghost. Encajaría perfectamente en los lunes ecologistas de Luisa.
ResponderEliminarRepito lo que ya se ha dicho, en todos los sentidos, a veces tengo la sensación de que ya vivimos así y a veces deseo que no nos llegue nunca.
Un abrazo,
Al final vas a hacer que me crea bueno.
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