Allí, frente al espejo del baño, repasaba cada detalle. Bien afeitado, y eso que ponerse las gafas para apurar bien le hacía sentir ridículo. El traje de los domingos, o bueno, el traje, porque nunca tuvo otro, bien cepillado y sin una mancha. La corbata, que no recordaba la última vez que se la puso. Y un clavel en la solapa, que si recordaba la última vez que se lo puso, y la única, el día de su boda. A él le seguía pareciendo una mariconada, pero a las mujeres les gustan esas tonterías. Se sentía un poco estúpido. No tenía edad ya para temblarle las piernas si no era por la circulación o la artrosis. Y a los ochenta, los nudos en el estómago se deben a una digestión pesada o a la hernia de hiato. Pero ahí estaba él, frente al espejo del baño, arreglándose como si fuera su primera comunión, temblando como un flan y con un nudo en la boca del estómago. Cogió el bastón, pero en el último momento lo dejó contra la pared. Y enfiló la puerta, emocionado como un chiquillo. Cybrghost ...
Me parece redondo. Con la frase inicial perfectamente integrada en el texto.
ResponderEliminarSi, definitivamente, felicidades
Celebro tu opinión. Como de costumbre, no lo suficiente.
EliminarMuchas gracias por leer y aún más por comentar.
El hábito no hace al monje... Ni al amante. El hábito mata al amor además
ResponderEliminarEl hábito no hace al monje... Ni al amante. El hábito mata al amor además
ResponderEliminarEso descubrió el personaje, aunque digan que en 21 días se crea un hábito.
EliminarSi el hábito mata al amor no lo sé.
Gracias por leer y aún más por comentar.
La frase de inicio era rara y tú le has sacado partido desmarcándote muy bien del tema que sugería para obligarnos a mirar a lo que realmente somos o nos pasa. Curiosamente uno de los peores enemigos del amor aparece cuando se convierte en un hábito porque lo siguiente que le viene es ser rutina. Enhorabuena por la propuesta. Mucha suerte para el próximo :)
ResponderEliminarGracias por tu generoso análisis. El próximo no lo mandé, no tengo tiempo para ser asiduo. Y no estoy hecho para este concurso, bueno, para los concursos, pero gracias también.
EliminarY gracias por leer y aún más por comentar incluso más allá de la última entrada.
Para amar no se necesita crear ningún hábito, pues amar, no es un acto que se pueda olvidar. Y no se ama porque se lo merezca la otra persona, sino porque uno está en «estado de merecerlo»
ResponderEliminarSeguro que mi personaje ya ha tomado cumplida cuenta de tus palabras.
EliminarGracias por leer y aún más por comentar.