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CUENTO DE (accidentada) NAVIDAD

Todo estaba dispuesto en la mesa como cada año. La abuela presidiendo, con el recuerdo del difunto en la cabeza. Ya hacía un par de años que no discutía ocupar el lugar principal con su hijo mayor. Había aceptado los argumentos de su primogénito; los tiempos evolucionan y el género no debería pesar. Sus hijas y su nuera, en perfecta sintonía, se ocupaban de los preparativos y el menú, siempre atentas a su consejo. Los nietos seguían creciendo, algunos ya haciéndose mayores, en aquella mesa. Y como siempre sus yernos discutiendo desde el inicio de la cena.
La conversación fue subiendo de tono mientras el vino bajaba y varios nietos se habían unido ya a una enconada discusión. Entre el fragor la abuela llevó una mano al pecho y la otra al pulsador de emergencias. Alguien cogió el teléfono apresuradamente.
Un tipo corpulento vestido de rojo y con una poblada barba cana entró al salón acompañado de una chica y un chico que se afanaban ella en seguir sus instrucciones y prestar consejo y él en proporcionar lo que pidieran. El resto guardaba un espeso silencio. Todos querían a la anciana matriarca más allá de sus diferencias. El brindis final había quedado en suspenso a expensas de ese hombre. Al rato dibujó una sonrisa franca entre las canas de la barba y pronunció  cuatro palabras que sólo él podía pronunciar: “Se recuperará. Feliz Navidad”.

Miguel Ángel Pegarz

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Comentarios

  1. Respuestas
    1. Felices fiestas para ti también.
      Gracias por pasar, leer y además comentar.

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  2. no suelo comentar pero me ha gustado mucho el texto. Feliz Navidad

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    Respuestas
    1. Pues te agradezco doblemente la lectura y el comentario. Un blog se alimenta de comentarios.
      Mil gracias.
      Salud, y felices Fiestas para ti y los tuyos también.

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  3. Es habitual el aumento de pulsaciones durante esas cenas...

    Feliz Año, Miguel Ángel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estamos poco acostumbrados a convivir, lo veo a diario.
      Muchas gracias por leer, un milllón más por comentar.
      Y los mismos deseos para el 2016. Salud.

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