Esta es una de esas cosas, supongo, por las que me consideran un friki, pero creo que merece un pequeño homenaje por los servicios prestados.
Nunca fue un Buen coche, así, con mayúsculas. Desde un primer momento fue pequeño para la labor que se le pedía, pero dio la cara. Podría decirse que no era un coche guapo, pero sí resultón. Han sido sólo siete años, pero intensos. Muchos coches se retirarán con el doble de años y menos giros de rueda. Sufría al subir los puertos como ese ciclista que no da más de sí y bufa sacando fuerzas de donde no las hay. Nunca fue hecho para aquellos viajes, y sin embargo nunca me dejó tirado. Si fue como un niño respondón, con sus fallos raros. Han sido más de 190 000 km de puertos, nieblas, hielos, nieves, aguas, vientos y sol de justicia. Nos conocíamos como si fuera mi prolongación; sabía que podía dar de sí en cada situación.
El último viaje fue duro, como si tuviera que demostrar algo aún. La vuelta fue una lucha contra el viento y la lluvia en tromba. Y como siempre respondió.
Puede parecer estúpido, pero lo extrañaré una temporada. Ahora le toca reencarnarse en otros muchos y a pedazos: Un foco, una puerta... A su sustituto le llevo su espíritu en forma de atrapasueños en el retrovisor y gorra del Estu en la bandeja.
Le llego la hora de descansar... como a los elefantes.
CYBRGHOST
Aunque hayas cambiado a Rocinante por Bucéfalo, seguro a a tí, Quijote, te da pena dejar a tu viejo y flaco jamelgo.
ResponderEliminarQue tu nueva montura te de al menos tanto de si como la vieja.
Del coche no te olvidarás nunca,te acordarás de él a veces,como de tu primera novia...saludos
ResponderEliminarTiene algo de romántico ese apego a tu coche, por los viajes compartidos, por los trayectos al trabajo, por las escapadas de ultima hora...7 años...todo ciclo vital se envuelve en este mágico numero.
ResponderEliminarUn saludo