Abrió el grifo de las vocales y tapó la bañera mientras
cogían temperatura. Después abrió hasta la mitad las consonantes, para templar.
Removió el sinsentido con la mano, mientras acababa de llenarse. Parecía estar
a la temperatura ideal, aunque no veía nada claro. Se desnudó y se sumergió
calmoso. Vertió gel fantástico, pero aquello sólo era un caos de burbujeantes
letras. Con resignación, introdujo la cabeza bajo la superficie. Los finales
felices nunca se le dieron bien.
Miguelángel
Pegarz
cYBRGHOST
Llevo rato plantado aquí delante y no me salen las palabras. Tal vez se fueron por el desagüe.
ResponderEliminarDifícil navegar el caos.
Un abrazo.
Dímelo a mi, ¿leíste el mensaje de saludo?. No obstante salgan o no las palabras, agradezco enormemente los comentarios. Es lo que hace que sepas si te han leído o es una visita que viene de la nada y no buscaba ésto.
EliminarEs genial, de esos que leo y me da envidia no haber escrito.
ResponderEliminarNo creo que tengas nada que envidiarme. De hecho esto es una especie de exorcismo contra una enorme frustración literaria que sentí. Pero muchísimas gracias.
EliminarSumergirse en un caos de letras no parece tan suicida :)
ResponderEliminarUn abrazo
Lo es, muchas veces ahogan y yo no sé nadar. Y por lo demás me remito al comentario a Luisa.
EliminarNo es necesario un final feliz para que la historia sea buena, y esta lo es.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias Rosa. No lo suficiente.
EliminarMuy bueno. Me gustó lo del gel fantástico. Quizás hizo efecto y en realidad no se suicidó, sino que apareció en otro mundo rodeado de palabras.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias. Sí, acabará rodeado de palabras, con toda probabilidad como lector de forma exclusiva.
EliminarBuena historia Miguel Ángel, qué habilidad tenemos para suicidarnos con las letras. La proxima vez que mate a un personaje y que siga viviendo entre letras.
ResponderEliminarUn placer tu visita. De alguna manera he de gestionar mis ganas de acabar con todo.
EliminarEl problema es que solo pasaron la mitad de las consonantes y claro, así es más difícil ver con claridad, incluso con gel fantástico. Seguro que tras el suicidio le resucitó el beso de una musa para seguir escribiendo.
ResponderEliminarsaludillos
Todo ahogo deja secuelas. Me remito al comentario a Luisa.
EliminarBuen relato Cyb, expresas muy bien la angustia del escritor, pero tambien ese no saber ver más allá de las letras; fíjate que cuando lo tenía todo dispuesto para escribir una historia, cuando lo había preparado todo con mimo para la gran ocasión, decide meter la cabeza debajo del agua...no sé a veces nos ahogamos en nosotros mismos, cuando deberíamos nadar en las historias.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, celebro que te guste. No es saber ver, es saber juntarlas con talento. En el resto, me remito al comentario a Luisa.
EliminarMe suena bien bien ;)
ResponderEliminarDe hecho, no estoy seguro pero creo que sí que sonó bien bien, en "to'l centro la sonosfera". Gracias por leer, muchas muchas gracias. E infinitas por encima, comentar.
Eliminar