Allí, frente al espejo del baño, repasaba cada detalle. Bien afeitado, y eso que ponerse las gafas para apurar bien le hacía sentir ridículo. El traje de los domingos, o bueno, el traje, porque nunca tuvo otro, bien cepillado y sin una mancha. La corbata, que no recordaba la última vez que se la puso. Y un clavel en la solapa, que si recordaba la última vez que se lo puso, y la única, el día de su boda. A él le seguía pareciendo una mariconada, pero a las mujeres les gustan esas tonterías. Se sentía un poco estúpido. No tenía edad ya para temblarle las piernas si no era por la circulación o la artrosis. Y a los ochenta, los nudos en el estómago se deben a una digestión pesada o a la hernia de hiato. Pero ahí estaba él, frente al espejo del baño, arreglándose como si fuera su primera comunión, temblando como un flan y con un nudo en la boca del estómago. Cogió el bastón, pero en el último momento lo dejó contra la pared. Y enfiló la puerta, emocionado como un chiquillo. Cybrghost ...
Me gusta mucho.
ResponderEliminarEl título es sencillamente genial, y el texto le acompaña perfectamente
El título fue escogido de una lista de recetas que había que convertir en microrrelato. Yo escogí ésta, y el resultado es el que leéis. Gracias (aunque el mérito del título no es mío).
EliminarSecretos de familia... y cómo se convive con ellos... da para un libro o varios.
ResponderEliminarMe gusta mucho, mucho!
Un abrazo
Gracias. Los secretos de familia darán para libros, yo no :-).
EliminarTodo un drama familiar compactado en unas pocas palabras, Cybrghost. Me parece un gran acierto que el fondo de la cuestión esté elidido, dado que provoca el desafío en el lector para completar la historia. Aplaudo, también, la elección del título.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias pedro, por tus siempre benevolentes análisis. l título no es mérito mío, te remito a la respuesta a Luisa.
EliminarY que la imaginación vuele o como creo que es en este caso, se arrastre por el lodo...
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Saludos
Gracias.
EliminarEl título, arriesgado, posee toda la fuerza del micro. Muy bien buscado.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
El título no es mi mérito, me remito al comentario a Luisa.
EliminarEs un relatazo por todo lo que implica.
ResponderEliminarArruinar una paella si que resulta extremista.
Con tantos años a la práctica debió haber dominado la técnica.
Muchas gracias. El microrrelato es de extremos, yo me la habría comido con gusto.
Eliminar¡Uy! qué bueno. Esa paella representa el drama de la escena y los tres caracteres quedan perfectamente retratados en tres líneas. Te felicito por este micro que, sin duda estaría en lo más alto del podio de ...las "vivencias familiares".
ResponderEliminarUn abrazo por tus letras.
Los podiums no están hechos para mi. Pero me alegro que te guste y agradezco tus palabras.
EliminarMe ha gustado muchísimo el título Cybrg que da el redondeo al micro. Bravo!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Como ya he indicado, escogí esa receta para cocinar el micro, así que al menos la mitad del mérito del título es de Isabel Castaño.
EliminarQué bueno!!!! Y coincido, el título es genial, impresionante e imprescindible para la historia que le das o, mejor, que no le das, porque nos lo hemos imaginado todo. Que hemos visto el arroz, pero el secreto ibérico lo imaginamos. Me gustó mucho.
ResponderEliminarsaludillos
Celebro que te guste, y no me repetiré más con el título :-)
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