Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó en
Me gusta mucho.
ResponderEliminarEl título es sencillamente genial, y el texto le acompaña perfectamente
El título fue escogido de una lista de recetas que había que convertir en microrrelato. Yo escogí ésta, y el resultado es el que leéis. Gracias (aunque el mérito del título no es mío).
EliminarSecretos de familia... y cómo se convive con ellos... da para un libro o varios.
ResponderEliminarMe gusta mucho, mucho!
Un abrazo
Gracias. Los secretos de familia darán para libros, yo no :-).
EliminarTodo un drama familiar compactado en unas pocas palabras, Cybrghost. Me parece un gran acierto que el fondo de la cuestión esté elidido, dado que provoca el desafío en el lector para completar la historia. Aplaudo, también, la elección del título.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias pedro, por tus siempre benevolentes análisis. l título no es mérito mío, te remito a la respuesta a Luisa.
EliminarY que la imaginación vuele o como creo que es en este caso, se arrastre por el lodo...
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Saludos
Gracias.
EliminarEl título, arriesgado, posee toda la fuerza del micro. Muy bien buscado.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
El título no es mi mérito, me remito al comentario a Luisa.
EliminarEs un relatazo por todo lo que implica.
ResponderEliminarArruinar una paella si que resulta extremista.
Con tantos años a la práctica debió haber dominado la técnica.
Muchas gracias. El microrrelato es de extremos, yo me la habría comido con gusto.
Eliminar¡Uy! qué bueno. Esa paella representa el drama de la escena y los tres caracteres quedan perfectamente retratados en tres líneas. Te felicito por este micro que, sin duda estaría en lo más alto del podio de ...las "vivencias familiares".
ResponderEliminarUn abrazo por tus letras.
Los podiums no están hechos para mi. Pero me alegro que te guste y agradezco tus palabras.
EliminarMe ha gustado muchísimo el título Cybrg que da el redondeo al micro. Bravo!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Como ya he indicado, escogí esa receta para cocinar el micro, así que al menos la mitad del mérito del título es de Isabel Castaño.
EliminarQué bueno!!!! Y coincido, el título es genial, impresionante e imprescindible para la historia que le das o, mejor, que no le das, porque nos lo hemos imaginado todo. Que hemos visto el arroz, pero el secreto ibérico lo imaginamos. Me gustó mucho.
ResponderEliminarsaludillos
Celebro que te guste, y no me repetiré más con el título :-)
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