Allí, frente al espejo del baño, repasaba cada detalle. Bien afeitado, y eso que ponerse las gafas para apurar bien le hacía sentir ridículo. El traje de los domingos, o bueno, el traje, porque nunca tuvo otro, bien cepillado y sin una mancha. La corbata, que no recordaba la última vez que se la puso. Y un clavel en la solapa, que si recordaba la última vez que se lo puso, y la única, el día de su boda. A él le seguía pareciendo una mariconada, pero a las mujeres les gustan esas tonterías. Se sentía un poco estúpido. No tenía edad ya para temblarle las piernas si no era por la circulación o la artrosis. Y a los ochenta, los nudos en el estómago se deben a una digestión pesada o a la hernia de hiato. Pero ahí estaba él, frente al espejo del baño, arreglándose como si fuera su primera comunión, temblando como un flan y con un nudo en la boca del estómago. Cogió el bastón, pero en el último momento lo dejó contra la pared. Y enfiló la puerta, emocionado como un chiquillo. Cybrghost ...
Y eso que dicen que a la tercera va la vencida!! Ni por esas :)
ResponderEliminarP.D.: vació
Abrazos fuertes!!
Pero es que hay que tener las cosas bien planeadas.
EliminarGracias por la corrección.
Claro, claro, es lo que tienen las lámparas de los genios. Consumes el tercer deseo y te quedas sin lo importante. Por mucha riqueza interior que cultives, si cuando abres la puerta de tu corazón no hay nadie ....es como sembrar en un huerto calcinado.
ResponderEliminarRecuerdo esta frase de inicio ¡y me gusta esta versión!.
Un beso fuerte.
Me alegro que te guste. Aunque no esté al nivel del concurso a veces salen algunas cosas que me gustan de él. Aunque esta no es de mis favoritas.
EliminarPues es el problema de provocar el aislamiento, cuando quieres mirar alrededor no hay nadie. En este caso, irremediable.
ResponderEliminarMe gustó.
Saludos.
Muchas, muchísimas e infinitas gracias por pasar y comentar. No sabes cómo lo agradezco. Me alegro de haberlo compensado en parte habiéndote gustado.
EliminarLos deseos siempre tienen truco...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Pero sin deseos se está muerto.
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