Dos briks de leche, cuatro huevos y media hogaza de pan que podría utilizar como arma. Es todo lo que le quedaba a Marinya en la despensa. Acababa de ver medio tazón de leche cortada. Estaba guardada en la nevera, pero no sabría decir cuántas horas habría funcionado en los últimos días, pocas. Sacó el cajón de los cubiertos y comprobó que detrás quedaban ya pocos grivnas escondidos. Marinya respiró hondo. Su pelo, antes rubio, se veía gris, mezcla de canas y ceniza. Imposible lavarlo, no salía bastante agua. Tocaba salir. Marinya tenía pánico a salir. Tanto miedo que cuando sonaban las sirenas bajaba al trastero en vez de ir al refugio, a pesar de las visibles grietas en las paredes. Allí tenía un improvisado colchón de mantas entre las que escondía su pasaporte ruso. Vivía sola desde que comenzó la guerra. Su esposo, soldado, había sido movilizado hacia el sur. A estas alturas podría ser viuda y no saberlo. No le gustaba pensar en ello… y no podía evitarlo. Marinya rebuscó en
Muy inteligente y aleccionadora salida a la oferta del genio, sacrifica un deseo para cavilar bien los otros dos. Y con tal inteligencia puede pedir dos todo incluyentes.
ResponderEliminarAunque se nos olvide, la secuencia lógica es Pensar - Actuar. Mejor nos iría.
EliminarMe gusta la atmosfera evanescente de este micro, esa indeterminación que nos hace preguntarnos qué hubiesemos pedido nosotros.
ResponderEliminarMuy bueno, Cybrghost.
Un abrazo,
Pues nada, a pensar. Está escrito hace tiempo y se lo debía al amigo que lo inspiró.
EliminarY lo esperó quién sabe cuánto tiempo...
ResponderEliminarMuy bueno, Cybrghost.
Creo que aún anda por ahí muerto de asco.
EliminarY sí, cuando es tan vasto el universo de lo que podemos obtener, mejor pensarlo, jaja
ResponderEliminarFeliz 2013, Cybr!!!
Pensar- Actuar insisto. Que al revés ya es tarde. Felicidades también para ti. Un placer verte por acá.
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